domingo, 9 de septiembre de 2018

A todos nos conviene bajar el precio de las entradas de cine (aunque no sean caras)

El negocio de la exhibición cinematográfica ha sido excelente hasta la década de 1980 y buena parte de los 90. Pero desde entonces muchas de las salas en todo el mundo, salvo aquellas que se han convertido en pantallas múltiples, han ido cerrando, las más de las veces a cal y canto. Aquellas que se mantienen lo hacen porque las ordenanzas municipales no permiten cambiar el uso del local y, por lo tanto, impiden a sus profesionales traspasarlo o venderlo. O porque se trata de negocios familiar es con mucha tradición en la industria del cine.

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noticia original (www.elconfidencial.com)